de flor de harina, el sacerdote la llevaba al altar donde hacía arder la parte para memorial. Lo que quedara le pertenecía únicamente a los sacerdotes. Dios no sólo mandó que una parte de la ofrenda de grano, sino que también la carne de las ofrendas por el pecado y por la culpa (capítulos 5 y 7), sirvieran como comida únicamente para los sacerdotes, como una forma de mantener el sacerdocio. Los adoradores tenían libertad para participar en la comida de otras ofrendas. 2:11–13. No se podía utilizar
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